10 de septiembre de 2008

NOS MUDAMOS

NOS MUDAMOS!!

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NO DEJEN DE DARSE SUS VUELTAS. TENEMOS ARTICULOS DIARIO Y DE LA MAS GRANDE DIVERSIDAD DE TEMAS. CONTAMOS CON EXTRAORDINARIOS NUEVOS COLABORADORES.

LOS ESPERAMOS!!!!

19 de abril de 2008

EL MEXICO TERRORISTA

Hay que agradecerle a Álvaro Uribe su presencia en nuestro país para venir a dejar en claro algo que hemos querido ignorar en la búsqueda de culpables y en la ignorancia de los hechos: los mexicanos muertos y la sobreviviente son, por añadidura, complicidad y sentido común, algo más que simples estudiantes. Algo oscuro, algo delincuencial. Déjeme explicarle.

México tiene una larga tradición como base de operaciones, financiamiento y apoyo a las guerrillas en la historia de América Latina y nadie descubre el hilo negro al apuntar esto. El de México ha sido un papel de doble hoja y triple filo en lo que se refiere a las puertas abiertas a los pueblos latinoamericanos pues juega en ambos lados de la cancha. Mientras los presidentes estrechan manos –por muy disímbolos que sean sus proyectos– las instituciones cierran los ojos a la presencia y operación de estos grupos bajo el argumento de la no intervención en los conflictos de otros países y el respeto inequívoco a las garantías de todos aquellos que estén en territorio nacional. Como tesis del romanticismo social es algo que raya en lo perfecto. Sin embargo, cuando estos vuelven a su país y colocan explosivos en lugares públicos, secuestran a miles de civiles inocentes y asesinan con collares de PVC y C4 a figuras públicas para “apuntalar su lucha”, la visión cambia. Llama la atención, entonces, que la UNAM esté tan abierta a la confrontación con un régimen democrático como el de Uribe, porque la condena (compartida por la muerte de los “estudiantes” más no por el trasfondo) parece buscar la legitimación de un movimiento terrorista. Aquí no se trata de santificar a quienes murieron sólo “por el respeto a su memoria”. Urge descubrir la respuesta a las preguntas de las que nadie se ha querido responsabilizar. ¿Qué hacían en un campamento de las FARC? Es inverosímil, insultante e ingenuo su argumento académico. ¿Tan fácil es acercarse al sublíder de un grupo terrorista? Porque hasta se antoja mandar a estudiantes de la UNAM a buscar al Chapo Guzmán o a Osama. ¿Juzgaremos bajo la óptica de la desgracia y no bajo el absolutismo de la verdad el caso? La verdad es que Uribe, con la dirección y la información de un Presidente, vino a dar la cara. No vino a bajar la mirada, sino a mantener la lógica y la congruencia de sus actos, a pesar de los costos. A pesar de las críticas. A pesar de las ignorancias. A ver si los políticos de aquí le aprenden algo.

D

13 de abril de 2008

¿SON, NACEN O SE HACEN?

La repetición de los errores nos hace volver al tema, a los protagonistas, a los discursos y la retórica de la tiranía que, en esta ocasión, le está haciendo el más grande daño a la izquierda del que se tenga registro en la historia del país.. Déjeme explicarle.

Estamos ante una izquierda que escribe pasajes importantes en la historia. Por ellos se cerró la catedral por primera vez desde la guerra cristera; por ellos el derecho al libre tránsito quedó violentado. Ahora el Congreso ha quedado clausurado por una izquierda repelente al debate y a la contraposición de las ideas. La multiplicación de la incongruencia, sin embargo, es positiva, pues ha dejado en franca evidencia la franca estupidez de un líder que no reconoce sus victorias a menos que la sangre de los enemigos y del país mismo le corra por las manos. El envío de la propuesta “light” pudo haber sido su triunfo máximo y pudo haber sido explotado como tal. Calderón aceptó su derrota al asegurar que estaba enviando la “propuesta posible” y no la ideal. Los legisladores sabían que el redactor no oficial de la iniciativa fue el miedo a un movimiento que amenaza con tomar a México del gañote para asfixiarlo y, así, imponer la voluntad de una minoría a la construcción de las mayorías, pilar inherente de la democracia. El bicho criminal pudo haber ganado, replegado sus tropas (cual camisas pardas nacionalsocialistas, Carlos Marín dixit) y reconstruir un partido que él mismo dinamitó para salir fortalecido rumbo a las intermedias y, por ende, rumbo al 2012. Pero no, el tirano decidió imponer su voluntad rijosa, incluso ante su propia victoria. No sorprende de AMLO esta sed de sangre, pero al perredismo entero, que debería estar en reconstrucción, uno no puede evitar preguntar si son, nacen o se hacen. Porque no hay peor enemigo en la política que la estupidez interna e ideológica. Más allá de la mentira y la manipulación, un partido no puede sobrevivir si se escuda en dinamitar sus propios triunfos con tal de seguir en el camino de la confrontación porque eso, en los próximos procesos electorales, el PAN y el PRI habrán de agradecérselo más que nadie. O, ¿usted votaría por la incongruencia y el terrorismo político que hoy, tras haber sido el más grande líder de la izquierda, está convertido en un simple loco? No se engañe. Esta vez, el gran perdedor fue AMLO. Y en su derrota, está arrastrando a la izquierda entera. Que lástima. Que vergüenza…

Saludos,

D

5 de abril de 2008

LA ANTORCHA DE LA BESTIALIDAD

Lo que le voy a decir parecerá un poco fatalista. En los últimos días he visto algo que resulta pavoroso y que me hace llegar a esta conclusión: México no tiene futuro. Vaya, no tiene presente. Y, como rockstar en el retiro, sólo aspira a vivir del recuerdo, sin esperanza de aprender del mismo. Déjeme explicarle.

¿Cuál es el gran tema nacional? Es evidente que la reforma del petróleo (porque ya se olvidaron que intentaba abarcar el espectro energético entero) estará en sus primeras respuestas, debido a esta constante repetición a la que hemos sido sometidos. Quizá la elección en el PRD (y sus consecuentes porquerías) sea parte del TOP 3 en esta hipotética encuesta. Por supuesto, no habrá de faltar en un bronce meritorio, Juan Camilo y sus fantasmas de ropero (prestado, eso sí, por el picapleitos estelar) para cerrar los nominados. Pero la triste realidad es que el tema en México es otro. El tema en México es esta imperiosa necesidad de seguir jodidos. Piénselo bien antes de empezar a enojarse. Políticamente, nos esforzamos en mantener partidos políticos que prostituyan todas y cada una de las reglas de la democracia en aras de mantener y aumentar sus cuotas de poder, sin importar el riesgo que exista para el país. Y no es cuestión de colores o mesías, sino de cultura política misma. Económicamente, estamos esperando que el gobierno, cual Dios todopoderoso, provea sin que hagamos nada por apuntalar y fortalecer las instituciones democráticas del Estado al que le exigimos con tanta holgura. Socialmente, estamos empantanados en nuestra propia idiosincrasia de la que un balón, una telenovela o un reality show nos habrán de venir a salvar. Aquí el tema no es del gobierno (aunque siempre es el culpable favorito por excelencia) o de las instituciones (por nombrar lo que ciertas masas siguen cual espejo), sino de una sociedad que se preocupa más por los emos y Hugo Sánchez que por la soberanía y sustentabilidad económica del país.

Recuerdo una tira de Mafalda en la que Felipe le asegura a la protagonista que él es un convencido de que el mundo se arreglará cuando se vayan los que lo manejan mal. Mafalda, en su crudo y angustiante realismo, contesta: “Andá, Felipe, que siempre habrá alguien dispuesto a recoger la antorcha de la bestialidad”. Sin duda, “La contestataria” (como la bautizara Umberto Eco) no hubiera creído que quien la recogería sería la sociedad misma.

29 de marzo de 2008

PRD, LOS TRAIDORES DE LA PATRIA

Existe un concepto dentro de las teorías políticas que se llama la Teoría de la Paz Democrática. Una de sus explicaciones explica que es difícil conocer los intereses de los líderes no democráticos, qué privilegios otorgarán y qué promesas mantendrán. Según este razonamiento, habrá desconfianza y poca cooperación si al menos uno de los participantes de una disputa no es una democracia. ¿Usted cree? Déjeme explicarle.

Ya no se trata de las adelitas pejianas (versiones femeninas comparativas de cualquier brazo radical de los dictadores) y sus consecuencias. El tema es el efecto dominó que sobre las instituciones y los actores políticos está logrando el debate. La política de simulación y pretexto da pie para que la irresponsabilidad salga a flote en voz de Ruth Zavaleta cuando asegura que no es momento de presentar la iniciativa pues “el ambiente está contaminado”. ¿Cuándo, entonces, Ruth? ¿Cuando se decida quién despachará en la presidencia del PRD y, consecuentemente, se defina la línea de una pseudoizquierda que se defiende tras unos cuantos nombres ilustres y no tras las necesidades de toda una sociedad? O, quizá, ¿será cuando la economía mexicana, sostenida con dificultades por la recesión norteamericana, ya no pueda más depender de una industria en franco deterioro? ¿Cuándo será el día en que comiencen a hacer aquello por lo que cobran un sueldo que, dicho sea de paso, resulta un verdadero insulto para los millones de mexicanos en la pobreza que, según ustedes, son su motivación brutal y absoluta? Porque existe una realidad que no se puede ni se debe seguir ocultando. La reforma energética es sólo la punta del iceberg. Es sólo el pretexto, no el argumento. El argumento del PRD y sus esbirros a las órdenes del tirano tabasqueño es detener cualquier tipo de avance o posibilidad de cambio real en la política pública, en espera de recoger los pedazos y transformarlos en resultados positivos (según sus fantasías) en sus cuentas electorales. Y esto, hecho por quienes fueron elegidos para dirigir, legislar y defender al país es algo más que una vergüenza. Es traicionar la confianza de quienes les otorgaron el derecho a gobernar. Es destruir la creencia en el sistema político y democrático que, como ciudadanos, defendemos en nuestro día a día. Es, en simples y llanas palabras, traicionar a la Patria. Y, esta vez, no es sólo un discurso fascista de la mentira.

Saludos,
D

22 de marzo de 2008

EL PRD Y LOS SAPOS VENENOSOS

El PRD ha entrado en la dinámica egosancheziana. Cual Hugo, el PRD está jodido en la soberbia de creer que su realidad es todo. Ambos , al mirarse al espejo, ven un príncipe azul, aunque la realidad sea la imagen de un rey desnudo o, peor aún, de un miserable sapo venenoso que no está hechizado… simplemente es un sapo. Déjeme explicarle.

El PRD no puede, ni debe mantener la tesis del fraude para subsistir. Es una cuestión de dignidad y coherencia política, interna y externa. No se trata de la degradación del partido (Cárdenas dixit), pues ésta empezó desde que la izquierda se dejó secuestrar por el fascismo disfrazado de espectáculo encuestológico que es el borracho de taberna. De lo que se trata esta elección y lo que resulte de ella es de la capacidad del PRD para desligarse de una vez por todas del pejismo tiránico. Esta terquedad lopezobradorista de hacerse de las cuotas y los puestos estratégicos de poder bajo cualquier circunstancia y a costo de los ideales mismos (hoy, los sondeos son la autoridad máxima, hace un año, eran el enemigo de primera fila) dejan sin autoridad el discurso con el que el PRD ha querido fortalecer su postura frente al movimiento radical y beligerante del que, en condiciones normales, le da pánico alejarse ante el escenario de volver a la mediocridad de la media tabla electoral. Cual karma instantáneo, la estrategia de repetición mediática que han seguido, ahora habrá de trabajar en su contra pues, en este proceso interno, se vuelve a repetir la dosis de ilegalidad y tiranía al más puro estilo postrevolucionario en el que la descomposición es cosa de todos los días y bajo el cual se ha olvidado el precepto democrático que debería, en el más básico y elemental sentido, dirigir los designios del partido. Aquí pierden todos. Pierde quien gane, porque habrá de convivir diario con los fantasmas de la ilegitimidad y de la fractura; pierde AMLO porque deja en claro que, para él, lo que importa es el poder, no la democracia; pierde el PRD porque su ya endeble posición está siendo demolida desde el interior bajo el argumento de la soberbia absolutista; y pierde, como siempre, la sociedad que habrá de ver cómo el tiempo pasa y este nuevo conflicto del umbral político será más importante que los problemas estructurales que urge resolver y por los que, irónicamente, los partidos cobran año con año y puntualmente sus dádivas presupuestales.

Saludos,
D

15 de marzo de 2008

ELIMINAR AL CONGRESO

Eliminemos al Legislativo y a los partidos políticos. ¿De qué nos sirve tener un sistema parlamentario que gasta excesivas cantidades de dinero para crear comisiones investigadoras y grupos internos de poder si la condena ya está hecha y el juicio terminado? Déjeme explicarle.

Este golpe mediático que el borracho de taberna dio al gobierno federal y su propuesta de reforma energética (porque Juan Camilo Mouriño sólo es el protagonista, más no el argumento) ha logrado reanimar no sólo al tabasqueño y su movimiento beligerante, sino que ha revivido la dinámica de la condena pública que parece más poderosa que los argumentos legales. No sorprende que México no pueda dejar de ser visto como un país de rancheros de bigote e indígenas gallineros, cuando su política interior está destinada a regirse bajo los usos y costumbres y no bajo los preceptos constitucionales. ¿Por qué digo esto? Porque se ha escrito hasta el cansancio y se ha dicho hasta el mareo que Juan Camilo debería renunciar a la Secretaría de Gobernación tras el escándalo cuando la realidad es que no hay delito que perseguir. ¿Para qué hacer una comisión legislativa que investigue, cuando las encuestas, los comunicadores, los líderes de facto y la sociedad ha juzgado y condenado al encargado de la política interior como elemento de la peor de las raleas? ¿Para qué tener una institucionalidad si lo que digan uno o dos personajes mediáticos y taquilleros es más importante que el desarrollo del país? Y, además, ¿para qué seguir pagándole a aquellos que ponen el tema en la mesa si, justo cuando se les concede la razón y la atención –injusta, estúpida, innecesaria y vulgar– deciden levantarse para seguir alimentando el escándalo con chantajes absolutistas en los que sólo ellos tienen la razón? Eliminemos, pues, al Congreso y a los partidos. Enfoquemos nuestro esfuerzo a convencer a la sociedad con discursos espectaculares que puedan ponernos en los índices de aprobación necesarios y realicemos así las reformas estructurales, los cambios institucionales, los proyectos de nación. Eduquemos artistas taquilleros en lugar de estadistas. Hagamos estudios de opinión y no planes de desarrollo. Y así, cuando pregunten la razón de tan extravagante cambio, simplemente diremos que legitimamos el ridículo sistema político que, de cualquier modo, imperaba en este país. Así, al menos, la sociedad se podrá sentir involucrada en algo.

Saludos,

D