Miércoles de política y el tema me indigna, me insulta, me resulta deleznable. Me parece lamentable lo sucedido en el Senado el día de ayer. Los legisladores de todos los partidos parecen haber levantado las armas y aventurado la guerra en contra de los medios de comunicación. Esta manera vil y ruin de obligar a los medios a subsidiar 3 minutos de cada hora para los mensajes políticos de sus camarillas es el inicio de la muerte lenta del sistema democrático en México, sistema que, dicho sea de paso, ni siquiera había terminado de nacer. Esta decisión legislativa se perfila como el peor ejemplo de la tiránica partidocracia que se haya visto en muchos años. ¿Por qué? Aquí les van algunos puntos.
-Están condenadas a la quiebra cientos de estaciones de radio y televisión locales que dependían, en gran parte, del gasto que se hace en spots.
-La reducción de los gastos es simple engaño y mentira, pues las prerrogativas de los partidos aumentarán y nadie, absolutamente nadie, ha explicado por qué si los partidos ahorrarán el costo de los spots, necesitan aumentar su presupuesto.
-Ningún sistema democrático en el mundo subsidia a los partidos políticos.
-Criticar y hacer públicos los errores de los candidatos será elevado a delito constitucional, lo que resulta en el peor hecho de censura para los medios de comunicación al ser parte, según los propios candidatos, de una "campaña sucia".
-El análisis de los posibles actos de una "campaña sucia" quedará bajo cuestión de simple criterio de los afectados. Por lo tanto, estamos amordazados.
-Es una violación al libre mercado y a la libertad de comercio en nuestro país. Y el argumento utilizado para decir que es una "serie de concesiones de un bien público" es solo otra forma de asegurar que los partidos empezarán a controlar los medios. ¿Saben dónde pasa eso también? En Cuba... en Venezuela...
La construcción de una democracia en este país ha muerto. Empezamos a vivir una partidocracia en todo el sentido de la palabra y somos ahora rehenes de los grupos políticos que designarán las leyes en base a un capricho o a una vendetta. Ayer quedó en claro que los legisladores están dispuestos a tirar el sistema democrático a la mierda, solo para proteger sus intereses y su imagen pública que, por si nadie se los ha dicho, más asquerosa no puede estar.
Esto será la nueva ley electoral: una mordaza, un insulto, una censura permanente... Es, en resúmen, una chingadera absoluta.
Carlos Dragonné
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