6 de octubre de 2007

ESPINO Y EL MIEDO A LA DERROTA

Bien dicen, mi estimado amigo, que el miedo no anda en burro. Y es que, después de una semana en la que nos aseguro que no había nacido aquel que fuera capaz de presionarlo y apurarlo para tomar una decisión, Manuel Espino parece apuntar todo su armamento a minar un proceso interno con las dudas, las amenazas y la guerra sucia. Déjeme explicarle.

Retomo un texto del irlandés Jonathan Swift en el que parece describir a la real politik mexicana a la perfección cuando asegura que: “Podemos observar en la república de los perros que todo el Estado disfruta de la paz más absoluta después de una comida abundante, y que surgen entre ellos contiendas civiles tan pronto como un hueso grande viene a caer en poder de algún perro principal, el cual lo reparte con unos pocos, estableciendo una oligarquía, o lo conserva para sí, estableciendo una tiranía”. Hoy, en medio del Consejo Nacional del Partido Acción Nacional, Manuel le hace honor a la definición tiránica de Swift de una manera poco menos que burda y vergonzosa. Por un lado, se aventura a proponer la reducción de su actual periodo para que la convocatoria de sucesión se haga el próximo lunes, con lo que busca minar la campaña que apenas ayer arranco Germán Martínez (quien se perfila como único rival de Espino) al reducirle el campo de acción. Pero, además, jugando a la campaña del miedo, pone al partido en la tablita de la confrontación de tribus (para que no digan que es un privilegio perredista) al dejar al aire la amenaza de la crisis asegurando que Acción Nacional vive en medio de manipulaciones de elecciones internas, compra de votos en convenciones, desobediencia a los órganos del partido y hasta negociaciones secretas con organizaciones opositoras. Y es que mas allá del claro cantinfleo de las declaraciones creelistas (A mi me gustaría ver un candidato que representara la unidad del partido, pero no necesariamente un candidato de unidad), Espino se está jugando todo el día de hoy, porque su pleito casado con Calderón se resuelve en este enfrentamiento de poderes que, de perder, apuntalaría la campaña de Martínez al interior de un PAN que, mas que buscar una prueba del espíritu democrático de Calderón y sus muchachos, será la ultima oportunidad de un dirigente partidista que se ha empeñado en golpear en la dirección equivocada sin darse cuenta que ser oposición terminaba cuando el partido llegara al poder.
Nos vemos el lunes.
D

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